Tabaco
- Drogodependencias
- 28 abr 2019
- 5 Min. de lectura
¡Muy buenas a todo el mundo! El artículo que os traemos hoy trata sobre una droga que está muy presente y es muy relevante en nuestra actualidad, el tabaco. Es consumida por muchísimas personas y cada vez des de más jóvenes. Es por eso, que consideramos que es importante que se tenga en cuenta qué es el tabaco y los efectos que puede comportar (teniendo en cuenta que contiene nicotina que es un compuesto orgánico/alcaloide encontrado principalmente en la planta del tabaco).
Según el National Institute on Drug Abuse el tabaco es una planta que se cultiva por sus hojas, las cuales se secan y fermentan y luego se usan en varios productos. Contiene nicotina, un ingrediente que puede conducir a la adicción, lo que explica por qué a muchas personas que consumen tabaco les resulta difícil dejar de consumirlo. También contiene muchas otras sustancias químicas potencialmente nocivas, y otras más se generan al quemarlo.
Se puede fumar, masticar o aspirar. Los productos para fumar incluyen cigarros, cigarrillos, bidis y cigarrillos de clavo. Algunas personas fuman hojas sueltas de tabaco en pipa o en una pipa de agua llamada narguile o hookah. Los productos que se mascan incluyen el tabaco para mascar, el rapé, el tabaco sin humo (dip) y la pasta húmeda (snus). Además, el rapé también se puede aspirar.
Muchas personas que consumen este tipo de droga no se han parado a pensar seriamente en las consecuencias que puede comportar a la larga, tanto a nivel físico como psicológico. Al consumir tabaco en cualquiera de sus formas, la nicotina que contiene se absorbe rápidamente en la corriente sanguínea. Una vez que se ingresa, la nicotina estimula inmediatamente las glándulas adrenales para que liberen la hormona epinefrina (adrenalina). Ésta estimula el sistema nervioso central y aumenta la presión arterial, la frecuencia respiratoria y cardíaca. Tal y como sucede con drogas como la cocaína y la heroína, la nicotina aumenta los niveles del neurotransmisor químico llamado dopamina, el cual afecta partes del cerebro que controlan la satisfacción y el placer. Hay estudios que sugieren que otras sustancias químicas presentes en el humo del tabaco, como el acetaldehído, podrían potenciar los efectos de la nicotina en el cerebro.
Si bien acabamos de ver que la nicotina es adictiva, la mayor parte de los efectos graves derivados del consumo de tabaco provienen de otras sustancias químicas. Fumar tabaco puede generar cáncer pulmonar, bronquitis crónica y enfisema. Además, aumenta el riesgo de las enfermedades cardíacas, que pueden llevar a una embolia o un infarto. El hecho de fumar, también está asociado con otros tipos de cáncer, leucemia, cataratas y neumonía. Todos estos riesgos corresponden al consumo de cualquier producto que se fume, incluido el tabaco en hookah. El tabaco sin humo aumenta el riesgo de cáncer, especialmente del cáncer de la boca.
Hay que recalcar que las mujeres embarazadas que fuman tabaco, tienen un mayor riesgo de abortos y nacimientos de bebés sin vida, prematuros o con poco peso. Fumar durante el embarazo también podría estar asociado con problemas de conducta y aprendizaje en los niños que están expuestos a esta especie de droga.
Por otro lado, las personas que están cerca de quienes fuman se exponen al humo de segunda mano (los conocidos fumadores pasivos), ya sea proveniente del extremo del producto de tabaco que se quema o de la exhalación de la persona que está fumando. La exposición al humo de segunda mano también puede generar cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas. Puede causar problemas de salud en niños y adultos, tales como tos, flema, insuficiencia pulmonar, neumonía y bronquitis. Los niños que se encuentran expuestos, tienen un mayor riesgo de sufrir de infecciones del oído, asma grave, infecciones pulmonares y muerte por el síndrome de muerte súbita del lactante.
Si hacemos hincapié en el proceso que lleva a la adicción, para muchas personas, el consumo de tabaco, podemos observar que los cambios a largo plazo en el cerebro producidos por la exposición continua a la nicotina acaban por crear esta adicción. Cuando una persona trata de dejar el tabaco puede experimentar síntomas de abstinencia como: irritabilidad, más apetito, deseos vehementes e intensos de tabaco y problemas tanto para dormir como para prestar atención.
En el siguiente punto, nos gustaría hacer un apunte sobre cómo se podría tratar esta adicción a la nicotina. Tanto los tratamientos conductuales como los medicamentos pueden ayudar a dejar de fumar, pero la combinación de ambos enfoques es más efectiva que el empleo de una sola estrategia. Además, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos estableció una línea telefónica nacional gratuita para dejar de fumar, que es un punto de acceso para quienes buscan información y ayuda para dejar de fumar.
Los tratamientos conductuales utilizan una variedad de métodos para ayudar a las personas a dejar de fumar, desde materiales de autoayuda hasta apoyo profesional. Enseñan a reconocer las situaciones de alto riesgo y crear estrategias para hacerles frente. Por ejemplo, las personas que se reúnen con gente que fuma tienen más probabilidades de fumar y menos probabilidades de dejar de hacerlo.
Las terapias de reemplazo de nicotina (NRT, por su sigla en inglés) fueron los primeros medicamentos que adoptó la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para su utilización en los tratamientos para dejar de consumir tabaco. Los que actualmente cuentan con la aprobación de la FDA incluyen goma de mascar, parches transdérmicos, pulverizadores nasales, inhaladores y pastillas. Estos productos liberan una dosis controlada de nicotina para aliviar los síntomas de abstinencia mientras la persona intenta dejar el tabaco.
El bupropión y la vareniclina son dos medicamentos sin nicotina aprobados por la FDA que han resultado ser eficaces como ayuda para dejar de fumar. Actúan sobre los receptores de nicotina del cerebro, aliviando los síntomas de abstinencia y bloqueando los efectos de la nicotina si la persona comienza a fumar de nuevo.
Para acabar, vamos a intentar resolver una pregunta de debate relevante en la actualidad y es la siguiente: ¿Es posible sufrir una sobredosis de nicotina?
La nicotina es venenosa y la sobredosis es posible. Ocurre cuando la persona consume demasiada cantidad de una droga y sufre una reacción tóxica que causa síntomas nocivos graves o la muerte. La intoxicación por nicotina normalmente se da en niños pequeños que accidentalmente mastican la goma de mascar o los parches con nicotina que se utilizan para dejar de fumar o ingieren el líquido de los cigarrillos eléctricos. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, vómitos, desmayos, dolor de cabeza, debilidad y aumento o disminución de la frecuencia cardíaca. Ante la sospecha de que un niño o un adulto pudieran estar sufriendo una sobredosis de nicotina, es necesario obtener asistencia médica de forma inmediata.
Fuente: NIDA. Cigarrillos y otros productos con tabaco.

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