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Azúcar

  • Foto del escritor: Lily Perez3
    Lily Perez3
  • 25 may 2019
  • 3 Min. de lectura

¡Hola chicos/as! Hoy os traemos un post diferente, siguiendo la línea del café, hoy vamos a hablar sobre el azúcar. La considerada droga del siglo XXI y de la cual nadie tiene consciencia sobre su consumo. Es la droga más normalizada sin duda alguna y consumida por, literalmente, todo el mundo, desde que nacemos hasta que morimos.

El azúcar es un término general que se usa para describir una clase de moléculas llamadas "hidratos de carbonos" y se encuentra en una amplia variedad de comidas. Esta droga no solo se reconoce con el nombre de azúcar, sino que tiene muchas variantes que esconden su identidad: glucosa, maltosa, fructosa, sacarosa, maltosa, lactosa, dextrosa y almidón (todas ellas maneras diferentes azúcares). Y no bastandonos con los diferentes tipos de azúcar que hay, también encontramos que elementos como el jarabe de maíz, zumos de fruta y la miel son alimentos con un altísimo contenido de azúcar. Así que no nos dejemos engañar cuando vemos en las etiquetas de los alimentos que consumimos estos nombres. Ya que lo que pretenden las empresas es emmascarar su consumo.

También nos sorprenderíamos si fuesemos conscientes de la cantidad de alimentos que llevan alto contenido en azúcar; como por ejemplo salsa de tomate, yogur, fruta disecada, aguas de sabores, o barras de granola.


Ahora bien, ¿qué es lo que sucede cuando ingerimos azúcar? Al comer un bocado de azúcar, en nuestra lengua se activan los receptores de los dulces, parte de las papilas gustativas de esta. Estos receptores envian una señal al tronco cerebral y desde allí se bifurcan en muchas áreas del cerebroanterior. Una de las cuales es la corteza cerebral. Diferentes secciones de la corteza cerebral procesan diferentes gusto: amargo, salado, umami y en nuestro caso dulce. Desde ahí, señal activa el sistema de recompensa del cerebro. Este sistema de recompensas es una serie de vías eléctricas y químicas.


Este sistema responde a nuestra pregunta principal. ¿Debería comer otra vez? La respuesta en este caso es sí. Y no se activa este sistema solo con la comida. La socialización, el comportamiento sexual y las drogas son solo algunos ejemplos de cosas y experiencias que también activan el sistema de recompensa.

Pero sobreactivar este sistema de recompensa provoca una serie de eventos desafortunados: pérdida de control, deseo y aumento de la tolerancia al azúcar.



El activo principal de nuestro sistema de recompensa es la dopamina, un químico o neurotransmisor importante. Hay muchos receptores de dopamina en el cerebro anterior. Pero no están distribuidos de manera uniforme, algunas áreas tienen los grupos de receptores y estas zonas activas de dopamina son parte del sistema del sistema de recompensa. Drogas como el alcohol, la nicotina o la heroína, envían dopamina a toda marcha y llevan a algunas personas a buscar constantemente ese estimulo. En otras palabras, a ser adicta. El azúcar también provoca la liberación de dopamina, aunque no de forma tan violenta como las drogas.




“Esto podría parecer exagerado y fuera de proporción, pero el azúcar es la droga más peligrosa de los tiempos y aún puede conseguirse en cualquier lugar”, comenta el jefe del servicio de salud de Ámsterdam, Paul van der Velpen, quien está haciendo un llamado de emergencia a regular la venta de azúcar en Holanda, la capital dónde el cannabis es legal y se efectúan los más grandes esfuerzos por llevar una vida sana y sustentable.


El jefe de salubridad cita investigaciones que declaran que el azúcar, a diferencia de las grasas y otros alimentos, interfiere con el apetito del cuerpo creando un deseo insaciable a seguir comiendo, un efecto que es responsabilidad de la industria alimentaria por utilizarlo para incrementar el consumo de sus productos.


“El azúcar descompone ese mecanismo. Quienquiera que coma azúcar quiere más y más, incluso cuando ya no tienen hambre. Dale unos huevos y dejará de comer en cualquier momento. Dale unas galletas y comerá y comerá sin importar si le duele el estómago”.


Lo anterior resuena claramente ya que todos nosotros hemos experimentado esto, aunado al rush del azúcar, que nos prende inmediatamente y luego nos deja caer. El azúcar, por lo tanto, es una forma de la adicción. Es tan difícil luchar contra un antojo de dulce como lo es por un cigarrillo. Es por ello que las dietas funcionan temporalmente. La terapia de adicción sería más adecuada.


Así que ya sabéis, tened cuidado con vuestra alimentación.





 
 
 

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