Anfetaminas
- Drogodependencias
- 10 may 2019
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos y bienvenidas otro día más a nuestra página Web! Como muy bien habéis leído en el título, hoy os venimos a hablar de las anfetaminas.
Las anfetaminas son un tipo de droga, que pueden ser legales o ilegales. Son legales cuando las receta un médico y se utilizan para tratar problemas de salud como es el caso de la obesidad, narcolepsia o trastorno de hiperactividad por déficit de atención (THDA). Son ilegales cuando se usan sin receta para drogarse o mejorar el desempeño. En este caso, son conocidas como drogas ilegales o recreativas y su consumo puede provocar adicción.
Existen distintos tipos de anfetaminas ilegales. Las más comunes son:
- Anfetamina: goey, louee, speed, elevadores, whiz.
- Dextroanfetamina (medicamento para el trastorno de hiperactividad por déficit de atención, usada ilegalmente): dexies, kiddie-speed, pep pills.
- Metanfetamina (en forma de cristal sólido): base, cristal, d-meth, fast, vidrio, hielo, meta, speed, whiz, pure, wax.
- Metanfetamina (en forma líquida): sangre de leopardo, rojo líquido, sangre de buey, speed rojo.
Vienen en distintos formatos: pastillas y cápsulas, polvo y pasta, cristal y/o líquido. También se pueden usar de distintas maneras: tragadas, frotadas contra las encías, inhaladas por la nariz (aspirada), inyectadas en una vena (disparada) y/o fumadas.
Las anfetaminas son drogas estimulantes. Provocan que la comunicación entre el cerebro y el cuerpo se acelere. Como resultado, la persona está más alerta y activa (físicamente). Algunas personas utilizan anfetaminas para mantenerse despiertas en el trabajo o para estudiar para un examen. En cambio, otras las utilizan para mejorar su desempeño deportivo.
También hacen que el cerebro libere dopamina. La dopamina es un químico relacionado con el estado de ánimo, el pensamiento y el movimiento. Se conoce como el químico cerebral ligado a sentirse bien. Por lo tanto, el usar anfetaminas puede causar efectos placenteros como:
- Alegría (euforia, o flash o rush) y disminución de las inhibiciones.
- Sensación de estar más en control, seguro de sí mismo.
- Ganas de convivir y hablar con la gente (te vuelves más sociable).
- Aumento exagerado de la energía.
Por lo que respecta al cuerpo, las anfetaminas pueden dañarlo de muchas maneras y puede derivar a: disminución del apetito y pérdida de peso, problemas cardíacos, temperatura corporal alta y enrojecimiento de la piel, pérdida de memoria y dificultad para pensar claramente, problemas emocionales y con el estado de ánimo (como comportamiento agresivo o violento, depresión e incluso llegar al suicidio), alucinaciones continuas e incapacidad para identificar qué es real, inquietud y temblores, úlceras en la piel, problemas para dormir, deterioro de los dientes (boca de metanfetamina) y finalmente (la más drástica) la muerte.
Las personas que consumen estas drogas, especialmente la metanfetamina, tienen una alta probabilidad de contraer VIH y hepatitis B y C. Esto puede suceder por compartir agujas con alguien que tenga una infección. O puede ser a través de tener relaciones sexuales sin protección ya que, el consumo de drogas, puede llevar a comportamientos riesgosos. Además, las anfetaminas, pueden causar defectos congénitos cuando se consumen durante el embarazo. Está comprobado que las drogas callejeras no son seguras durante la lactancia.
Como con la mayoría de drogas, existe tratamiento para la adicción a las anfetaminas. Comienza, principalmente, cuando se reconoce el problema. Una vez que decide hacer algo acerca de su consumo, el siguiente paso es buscar ayuda y apoyo.
Los programas de tratamiento utilizan técnicas de modificación del comportamiento a través de orientación (terapia de conversación). El propósito es ayudar a la persona a entender sus comportamientos y la razón por la cual utiliza las anfetaminas. El hecho de involucrar a la familia y amigos durante la orientación puede ayudar a apoyarlo y evitar que vuelva a recaer en éstas.
Si el consumidor/a padece síntomas de abstinencia graves, podría necesitar ingresar a un programa de tratamiento residencial (live-in). Ahí, su salud y su seguridad pueden ser supervisadas mientras se va recuperando.
Actualmente, no existe un medicamento que pueda ayudar a reducir el consumo de anfetaminas. Aunque, los científicos, están investigando dichos medicamentos.
Para finalizar, mientras el individuo se va recuperando, hay que seguir una rutina para evitar una recaída, como por ejemplo:
- Seguir asistiendo a las sesiones de tratamiento.
- Buscar nuevas actividades y metas para reemplazar aquellas que involucraban su consumo de drogas.
- Pasar más tiempo con familiares y amigos con los que haya perdido contacto mientras consumía. Considerar no ver a los amigos que sigan consumiendo.
- Hacer ejercicio y comer alimentos saludables. Cuidar su cuerpo ayuda a curarlo de los efectos dañinos del consumo de drogas y se sentirá mejor.
- Evitar los desencadenantes. Estos pueden ser las personas con las que solía consumir drogas. También pueden ser lugares, cosas o emociones que lo hagan querer volver a consumir.

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